Se llama Thomas krauss y sus amigos lo apodaron como “el cohete”.
Conforme a la descripción de quienes lo han visto jugar, este hombre de 30 años, tiene una destreza física y un desplazamiento de campo que combinan las articulaciones de Pelé, Maradona y el legendario jugador paraguayo de fútbol, Arsenio Erico.
Su capacidad no se agota en los goles, que de hecho confirman que tiene una efectividad del 90 por ciento, sino que el hombre es capaz de recorrer la zona de juego tres veces más de lo que haría un jugador normal. Es decir, al “cohete” la cancha siempre se le hace chica.
Hasta el momento, la redacción no pudo acceder a sus orígenes en el fútbol, ya que no existen registros. Es algo así como lo ocurrido con el trabajo mesiánico de Jesús, cuyo trajinar se conoce recién desde los tres últimos años precedentes a su ocaso terrenal.
Al “cohete” la afición lo descubrió en un partido de fútbol casual, organizado por la jefatura de operaciones de su trabajo. Sólo en este encuentro, disputado en una cancha de proporciones pequeñas destinada al fútsal FIFA, marcó 16 goles.
Quienes compartieron el encuentro valoraron su destreza física, en especial la velocidad, característica que le valió el peculiar apodo ya mencionado.
Algunos, probablemente absorbidos por la envidia, señalaron que sus anotaciones se debieron a la buena relación que viene manteniendo con la suerte; mientras que otros, puntualizaron que gran parte de los goles lo hizo con el arco libre.
Aún así, todos coincidieron en que su despliegue físico en el campo es su herramienta letal.
Serias Infidencias fue más allá y trató de encontrar un explicación a tamaño despliegue corporal. Supimos que Thomas trabajo como técnico en un medio de comunicación y, por ende, siempre se encuentran expuesto a trabajos que demandan la utilización de la fuerza física. También llegó a la redacción la información que fue padre hace no más de dos semanas.
Estos datos permitieron a nuestras fuentes técnicas esbozar dos hipótesis sobre la posible explicación de este fenómeno futbolístico: la primera es que debido a su constante desempeño físico y su contacto con artefactos electromagnéticos, es probable que los átomos de su cuerpo hayan sufrido una alteración de carácter ionizante, es decir, la fuerza electromagnética alteró su estructura atómica y, probablemente, lo dotó de una energía adicional de resistencia y elevó su temperatura corporal, lo cual queda sustentado en el hecho que conserva una buena estructura anatómica pese a no ser una persona que practique deportes diariamente.
No obstante, la segunda hipótesis es la que obtuvo mayor respaldo mensurable. Como su mujer recién tuvo una hija, es probable que toda la testosterona retenida a consecuencia del periodo de cuarentena lo proyecte al fútbol. Es decir, aquella energía sexual que no encuentra punto de desembarque es dirigida al despliegue físico y, por ende, son mayores las expectativas de anotación de goles, que de concretarse podrían resultar similares a un orgasmo. Esto último, tiene como base el testimonio de sus compañeros de juego, quienes afirman que una vez que “el cohete” entró en contacto con el balón no se lo pasa a nadie hasta conseguir por cuenta propia introducirlo al arco.
Lo cierto hasta el momento es que Thomas se ha convertido en un nuevo ícono del fútbol nacional, al punto que muchos primero consideran que es el sucesor del mítico Arsenio Erico, mientras que otros reclaman que el Tata Martino puede tenerlo en cuenta para el mundial Sudáfrica 2010.
